Reflexiones recientes acerca del comportamiento de las personas, a partir de
observaciones o conversaciones, me han hecho pensar en la necesidad de que
los psicólogos y maestros vuelvan la mirada hacia el cerebro. En este
componente humano se encuentran regiones, funciones e incluso formas
anatómicas desde las cuales se emiten comportamientos en cada uno de
nosotros, como demostración directa entre esas funciones y nuestra
manera de ser.
Esa relación debe ser objeto de interés de al menos los profesionales
señalados, de manera que entre sus estrategias de relación sea de apoyo
o enseñanza a otras personas se sustenten en esa relación. Claro que
existen otros aspectos asociados a esta relación como el ambiente familiar,
las oportunidades de estudio o de ayuda y cualquier otro reto que se le
plantee a las personas. Entonces, cada uno de estos aspectos asociados
aumentará, reducirá o anulará la relación cerebro y comportamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario