domingo, 28 de marzo de 2010

Una convergancia revolucionaria

Antonio Pérez Villegas

En 1994, el profesor Manuel Campos Roldán publica en la revista Magíster et Doctores, Nº 7, un artículo titulado: Conductismo y cognitivismo: ¿Convergencia o revolución? En el cual, como lo indica el siguiente resumen, plantea que el conocimiento psicológico es un campo de convergencia, dada la ausencia de una teoría predominante. Sin embargo, dos revoluciones ejemplares coexisten en ese conocimiento: el conductismo representado por B. Watson y el cognitivismo, signado entre otros por E. C. Tolman, no obstante a ambas P. Thargard denomina aproximaciones teóricas.

Así, mientras el conductismo es la ciencia de la conducta y su método la observación externa, el cognitivismo se ocupa de la cognición y su método la representación de los procesos cognitivos (pensamiento, resolución de problemas y otros).

Campos Roldán señala los orígenes tanto del conductismo como del cognitivismo hasta indicar que el primero se ocupó del aprendizaje y modelos del condicionamiento y el segundo se orientó hacia el modelo de problema como lo es el computador por ser procesador de información, pero sin llegar a generar un modelo de solución de problemas, lo cierto es que según las críticas de Neisser, citado por Campos Roldán, ambos enfoques son comprensiones mecanicistas y reduccionistas de la conducta.

Ahora bien, hecho ese resumen sobre el artículo de Campos Roldán, lo que se aprecia es que no se responde a la pregunta si es una convergencia o revolución, lo que ocurre en el ámbito de la psicología, con relación al conductismo y el cognitivismo.

En la acepción amplia de lo que es una revolución, hay que aceptar que el conductismo fue una revolución dentro del campo de la psicología. Con el conductismo se supera las limitaciones conceptuales y metodológicas del estructuralismo y funcionamiento a principios del siglo XX. El aporte del estudio de los efectos del ambiente sobre los seres vivos fue oportuno. Igual de revolucionario es el cognitivismo al incluir es su concepto los procesos mentales que había quedado marginados en el conductismo original.

Por su trascendencia conceptual y metodológica, tanto el conductismo como el cognitivismo pueden considerarse, dentro de la temática de Campos Roldán, de una convergencia revolucionaria. Hay razones que pueden sustentar o hacer discutible esta conclusión. Y corresponde, la primera de ellas al hecho de que con ambas posturas para el estudio del comportamiento humano modernizan el papel de la psicología como ciencia. La psicología tiene, entonces, un evento del cual ocuparse que no sea de otra ciencia ni siquiera de la filosofía.

Segunda razón, ambas aproximaciones teóricas si se quiere también denominarlas, cuentas con los conceptos y los métodos pertinentes para sustentarse por sí mismas. Sin duda que éstas teorías no son del todo generalizables, pero dejan la huella necesaria para que sean a su vez superadas bajo el mismo orden de abordaje.

En una tercera razón, el conductismo y el cognitivismo han generado un amplísimo mundo de aplicaciones, aun limitaciones epistemológicas como su concepción empírica del conocimiento y sus modelos mecanicistas y reduccionistas del comportamiento. El aliento que generan tales aproximaciones teóricas no puede ser objeto de desdeño no aun en el contexto educativo.

Con estos enfoques sobre la conducta humana, como cuarta razón, se aprovecha uno de los más extraordinarios recursos para la planificación de la enseñanza. Un convencionalismo se apropia de las aulas de clases de los países desarrollados y en vías de desarrollo, con lo que se abre el entendimiento de que la educación es una realidad susceptible de control, manipulación y orientación racional.

La convergencia revolucionaria, quinta razón, que aportan ambas concepciones sobre la conducta humana permiten junto con otras concepciones, como el humanismo y la gestalt darle respuesta a las necesidades del ser humano en infinidad de ámbitos más allá de los laboratorios para la experimentación y de los consultorios de orientación y asesoramiento.

En sexto lugar, si se consideran las nuevas tendencias epistemológicas donde se admite el nuevo conocimiento tendrá su origen en una realidad compleja, esta complejidad no se construye por si sola, es con convergencias revolucionarias como la aportada por el conductismo y el cognitivismo con lo cual se configura esa complejidad, en el aspecto conceptual y metodológico.

Ahora bien, entrando en otro plano de consideraciones, hay que admitir que es inútil negar la limitación que se deriva del uso del modelo mecanicista para estudiar la conducta. Ello podría limitar derechos humanos tanto del docente como del estudiante si en el contexto educativo se trata.

Esto permite traer a la memoria una reflexión hecha por Carl Rogers con respecto a las actitudes de comprensión, empatía y autenticidad, en el sentido de que ellas no serían aplicables a todos los contextos de la vida humana. De igual manera no todo lo que se refiere al conductismo y el cognitivismo es aplicable a todos los contextos humanos.

Por otra parte, existe un estudio comparativo entre varias posturas para llevar a cabo la psicoterapia, como psicoanálisis, humanismo, terapia racional-emotiva y otras en el cual se concluye que si bien cada tipo de abordaje terapéutico era distinto en cuanto al tema a enfocar y cómo hacerlo, las personas sometidas a esas terapias admitieron de manera unánime que todos los terapeutas fueron respetuosos con sus dolencias emocionales. Cabría preguntarse si el conductismo y el cognitivismo no tendrán en el fondo el mismo objetivo: mejor conocimiento para una mejor existencia.

En conclusión, resulta de enorme pertinencia establecer críticas a cada una de las posturas que tengan que ver con aprendizaje humano. E igualmente es conveniente limitar las críticas a su contexto. En todo caso las mismas teorías que son intentos por superar la comprensión de la realidad humana continuarán en su tendencia por aportar mejores explicaciones sobre los hechos que abordan, como las armas las teorías no son responsables del mal uso que se les da.

sábado, 27 de marzo de 2010

Estrategias claves para la motivación hacia los estudios superiores

Dedicado a Alfonzo Orantes (Psicología de la Instrucción de la UCV)

Elaborado por:
Prof. Antonio Pérez Villegas
(10.3.2010/revisado el 10.5.2016)


Los estudios en el nivel superior de la educación exigen del estudiante vocación, capacidades, salud, habilidades y motivación, entre otros aspectos.

En lo referente a la motivación en seguida encontrará un conjunto de acciones, que han sido aplicadas satisfactoriamente con estudiantes de la Universidad de Los Ándes (ULA), para acrecentar lo que tiene que ver con el éxito en los estudios, tales acciones son: establecer metas, planificar los estudios, estudiar paso a paso, respetar el estilo propio, manejar los premios y castigos, persistir en la tarea, expresar emociones de alegría o rabia, buscar ayuda y evaluar los resultados.

*Establezca metas

Fíjese objetivos reales y de corto plazo. Ejemplo: elaborar el esquema sólo en medio día para una exposición. Hacer un cuadro sobre los modelos de financiamiento antes del examen de operaciones financieras.


*Planifique los estudios

Organice los días, los recursos y los temas a estudiar. Ejemplo: estudiar física o contabilidad en las madrugadas con el texto correspondiente. Distribuir por fechas las entrevistas en la comunidad.

*Estudie paso a paso

Estudie un tema o problema lo más detalladamente posible antes de pasar al otro. Ejemplo: si tiene tres materias por estudiar comience con la más urgente, compleja o sencilla y luego continúe las otras dos.


*Respete el estilo propio

Estudie dónde, cuándo y cómo más le provoque. No imite a los demás para estudiar, vea en qué se beneficia. Ejemplo: si le gusta estudiar en la biblioteca, por las tardes y después de clases, hágalo.
Maneje los premios y castigos

Si aprueba una evaluación prémiese, si no acierta no se premie, hasta aprobar de verdad. Ejemplo: si una exposición la aprobó salga el fin de semana a casa de sus padres o al juego de pelota.

*Persista en la tarea

Ocupe todo el tiempo que sea necesario hasta aprender algo. Y luego disfrute su éxito. Ejemplo: quédese hasta la una de la mañana para resolver el problema de contabilidad, programación, circuito o dibujo.

*Exprese emociones de alegría o rabia

Cuando alcance los objetivos que se propuso alégrese y cuando no moléstese consigo mismo. Ejemplo: cuando esté entre aquellos que alcance el 20, baile, cante, ría por ello.

*Busque ayuda:

Si tiene dudas o quiere salir mejor, busque quien le ayude. Ejemplo: asesórese con su docente antes de determinado examen. Estudie en grupo lo que le resulta difícil.

*Evalúe sus resultados:

Critique el propio rendimiento para que corrija sus errores. Ejemplo: al final de una exposición revise si mostró su domino sobre el tema, fue claro, llamó la atención de los presentes, presentó material interesante y respondió de manera correcta a las preguntas.

Sugerencias:
Los logros que el estudiante alcance con la aplicación de esta estrategia motivacional dependerá de varias acciones: analícelas, aplíquelas, perfecciónelas y hágalas suyas.


En el estudio no existe la saciedad”.
                                     Erasmo de Rotterdam (Humanista holandés, siglo XVI)

Problema de investigación

1. Definición  El problema de investigación puede definirse como lo que se necesita conocer  sobre algo que está ocurriendo en una situa...